viernes, 15 de junio de 2007

Hace pocos días terminé de entender algo que seguramente para muchos de ustedes es una pavada.
Ser un resentido es una decisión. Una elección. Y poco tiene que ver con cómo te va en la vida.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

acuerdo con eso,dear angus.

saludos.

Manón dijo...

sí que tiene que ver con cómo te vá en la vida, pero no como causa sinó como consecuencia!

MICH dijo...

sep... no tiene que ver con cómo "te va en la vida" , sino con cómo "le va en la vida". Dos variables acsolutamente independientes.
Usted me hiere.

Angustiadisimo dijo...

p de pau: sabía que era una paparruchada lo que puse.

Angustiadisimo dijo...

manón: También eso es cierto. El resentimiento genera muchas consecuencias.

Manón dijo...

me rectifico, no como causa sino como efecto

Angustiadisimo dijo...

Mich: No terminé de entenderlo y sé que vuelvo a herirlo. Mil disculpas.

Señorita Cosmo dijo...

No se crea eso de que son paparruchadas.
La mayoría de la gente cree que el resentimiento (y el rencor), son una cuestión genética inapelable.
Al resentimiento lo justifican alegando injusticias.
Al rencor lo esgrimen como una virtud que tuviese que ver con ser "estricto" o con "rectitud de carácter".
Ambas son del mismo palo y son elecciones personales, aunque muy pocos lo entienden.

Marta Paste dijo...

No son paparruchadas, no, no.
Empecé a leer y a mí, como a la Srita. Cosmo se me conecta el resentimiento con el rencor. Después de todo ¿el resentimiento no es una forma de rencor con un objeto más difuso, más general?
Una cuestión: el rencor es imposible si no se combina con la buena memoria. Yo no estoy genéticamente preparada para el rencor sencillamente por mi falta de memoria.

Nanook dijo...

ok, voy a comprar una estufa