Hoy estoy mal,me quede jodido con lo del trabajo,ayer cuando fui a cobrar me enteré que se me acusa de robar 160 euros de una caja y me puso muy mal que gente piense que soy algo que no soy.Me invadio esa energia chunga y quedé jodido.Angustiadisimo,con nudo en el estómago.
Saldre adelante una vez mas.
Jorgito.
7 comentarios:
Sí, pero quién podrá salvarnos?
Lo mejor es no dudar de uno mismo.
Es un mal trago saber que piensan mal y seguramente esa angustia ya se irá. Tene paciencia.
Besos a ambos.
A mi me invadió una indignación similar cuando, tras laburar cinco años en una inmobiliaria durante los cuales no sólo tuve que soportar un jefe histérico y malcogido que me trataba mal sino que también tenía que poner la cara y atajar a los clientes cuyos alquileres ellos se morfaban y bicicleteaban durante meses (osea, se los choreaban), me enteré un par de meses después que renuncié por malos tratos (en realidad, me consideré despedida por maltrato y les exigí una indemnización) decía me enteré que a uno de los clientes les dijeron que no tenían la plata de los últimos alquileres porque yo me los había afanado: primero me dió risa y luego furia. Obviamente, esta persona no les creyó y un tiempo después me enteré que les quitaron las administraciones una buena parte de sus clientes.
(Hacía años no hablaba de esto, pero estuve mal mucho tiempo pensando en vaya a saber qué cosas dijeron estos turros de mí para tapar sus cagadas).
No se desmorone, Jorgito, que todo vuelve, tarde o temprano, todo vuelve.
Jorgito va azafar de tan fea experiencia (aunque no es tampoco de las peores) el tiempo lo cura casi todo.Ir en paz.Besos Madre Perla
Uy, bueno... no se angustie (:P). Todo pasa, y con el tiempo se sabe la verdad... No dude de ud mismo! Eso es lo más importante!
Ary: El chapulo mandarinero.
Gracias Moy
Manón: Asi, asi, descargue!
Vaya en paz Madre Perla y gracias.
Saludos no sos vos.
Lo más triste no es que se dude de la integridad propia, sino que se subestime e insulte así la inteligencia, creyendo que uno va a renunciar al tibio calor de la honradez por 160 pequeños euros.
¿Tan imbécil le parezco, Sr. Juez? ¿No tengo cara de valer al menos un maletín lleno de dinero?
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